lunes, 28 de noviembre de 2011

Hepatitis Viral A y B


Esta entrada una tarea y las siguientes también y es que poner acá parte de las tareas que realizo me permite estudiar un poco por el hecho de releerlas si a alguien mas le sirve buena onda... Obviamente todos los derechos son propiedad de los autores por esos los links al inicio ... si tienen mas dudas a por los hipervinculos...

Hepatitis Viral A y B

Hepatitis A, B (http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs328/es/index.html#)

Hepatitis(http://escuela.med.puc.cl/paginas/publicaciones/pediatria/manualgastro/hepag.html)


Se define como hepatitis la lesión inflamatoria difusa del hígado producida por variados agentes etiológicos que clínicamente puede ser asintomática o cursar con grados variables de insuficiencia hepática. Bioquímicamente presenta en forma constante, elevación de aminotransferasas. Dentro de las diferentes causas se encuentran agentes infecciosos, trastornos metabólicos, y agentes físicos.

Existen otros virus además de los hepatotrópicos convencionales, que pueden causar un síndrome de hepatitis aguda como manifestación clínica inicial; pueden ser de la familia herpes (EBV, CMV, HSV, VZV, y HHV6), el de la rubéola, sarampión, Coxsackie, la fiebre amarilla y ébola, capaces de presentar formas de hepatitis primaria o secundaria. El EBV es la causa más común de hepatitis aguda dentro de esta categoría.

Existen siete tipos diferentes de virus hepatotrópicos capaces de producir hepatitis; se les designa como A, B, C, D, E, F, G, aunque hay evidencias de la existencia de más virus que pueden causar inflamación y necrosis del hígado. Todos los virus hepatotrópicos tienen la capacidad de causar infección aguda del hígado pero sólo el B, C, y D, ocasionan formas crónicas de la enfermedad.

Hepatitis A

 Generalidades
·          La hepatitis A es una virosis hepática que puede causar morbilidad moderada a grave.
·          Se transmite por vía fecal-oral (de las heces a la boca) cuando una persona ingiere alimentos o bebidas contaminadas por heces de una persona infectada.
·          La enfermedad está estrechamente asociada a un saneamiento deficiente y a falta de hábitos de higiene personal, por ejemplo lavado de manos.
·          Cada año se registran aproximadamente 1,4 millones de casos de hepatitis A.
·          Las epidemias se pueden propagar de manera explosiva y causar pérdidas económicas considerables.
·          Las maneras más eficaces de combatir esta enfermedad consisten en mejorar el saneamiento y vacunar contra la hepatitis A.

Causada por un virus pequeño que mide 25 a 28 nm, que posee una simetría icosaédrica, pertenece a la familia de pruritonaviridae, contiene un genoma tipo RNA sin cubierta; el virión contiene tres polipéptidos los cuales forman la cápside (VP1, VP2, VP3) y probablemente existe un cuarto polipéptido más pequeño VP4. El virus puede inactivarse mediante ebullición durante un minuto, en contacto con formaldehído y cloro o con radiación ultravioleta.

Tiene un periodo de incubación es de 30 días, con un rango de 15 a 50 días, el cuadro clínico se caracteriza por insuficiencia hepática leve o moderada de menos de 6 meses de evolución. Los síntomas pueden consistir en fiebre, malestares, pérdida de apetito, diarrea, náuseas, molestias abdominales, coloración oscura de la orina e ictericia. No todas las personas infectadas padecerán todos los síntomas. Los adultos muestran signos y síntomas de morbilidad con mayor frecuencia que los niños, y la gravedad de la enfermedad, así como la mortalidad, aumentan con la edad. Los menores de seis años de edad infectados no suelen tener síntomas apreciables, y sólo el 10% muestran ictericia. Entre los niños de más edad y los adultos la infección suele causar síntomas más graves y se observa ictericia en más del 70% de los casos. La mayor parte de las personas se recupera al cabo de varias semanas, o meses, sin sufrir complicaciones.

Diagnóstico:
Se confirma por la detección de anticuerpos anti- HAV de la clase IgM, los que se encuentran en el plasma desde el comienzo de la fase aguda de la enfermedad y se pueden detectar hasta los 3-4 meses de iniciada la hepatitis. Los anticuerpos anti-HAV de la clase IgG se detectan a continuación de la fase aguda y persisten por años y a menudo en forma indefinida, proporcionando inmunidad ante la reinfección.

Tratamiento
No existe tratamiento específico para la hepatitis A aguda típica; el reposo en cama obligado no es esencial para la recuperación clínica completa pero muchos pacientes se encuentran mejor si restringen su actividad física. Algunos autores recomiendan el reposo en cama hasta que se normalicen las pruebas de funcionamiento hepático, la dieta suele ser normal, no hay indicación para dietas altas en carbohidratos y bajas en proteínas, la disminución de grasas es aconsejable cuando haya intolerancia a éstas; los casos de presentación bifásica y/o hepatitis colestásica deben recibir el mismo tratamiento en la segunda fase de síntomas y elevación de pruebas bioquímicas, es decir reposo en cama hasta que éstas se normalicen y dieta normal o baja en grasas si hay indicación para ello. Los esteroides están indicados solamente en algunos casos de hepatitis colestática prolongada.

Prevención:
Las medidas generales para prevenir la diseminación incluyen lavado cuidadoso de manos antes de preparar alimentos, mejorar la limpieza de las fuentes de agua y manejo adecuado de excretas.

La inmunoglobulina es eficaz siempre que se administre dentro de los 10 a 14 días siguientes a la exposición o antes de ésta, su indicación es contacto con una persona infectada. La dosis recomendada es .02 mL/kg cerca de 2 mL en el periodo previo al riesgo de contraer la infección; si el periodo de peligro excede los tres meses se recomienda .06 mL/kg con un intervalo de 4 a 6 meses, pues la protección sólo dura unos cuantos meses.

La vacuna esta preparada con antígeno viral inactivado, su eficacia aproximada es de 97% con tres dosis; en adultos las dosis recomendadas son dos, ambas de 1,440 EL U (un mililitro), la vacuna se debe administrar intramuscularmente en el brazo, (deltoides) al inicio. La segunda dosis se debe dar de 6 a 12 meses más tarde, no se conoce con certeza la duración de la inmunidad, se piensa que es por más de 10 años, la vacuna es distribuida bajo el nombre de Havrix.

Se recomienda administrar la vacuna a los siguientes grupos: viajeros a zonas endémicas, niños que asisten a guarderías, trabajadores y residentes de instituciones para retrasados mentales, adictos a drogas intravenosas, quienes manipulan alimentos, homosexuales, pacientes con enfermedades crónicas del hígado, trabajadores de alcantarillado.


Primera Dosis
Después del primer año de edad.
Segunda Dosis
1 mes después de la primera aplicación.
Con esto tiene 1 año de protección.
Tercera Dosis
6-8 meses después de la segunda
Con la tercera tiene protección por 10 años.

Hepatitis B

 Generalidades
·          La hepatitis B es una infección vírica del hígado que puede producir una enfermedad crónica grave.
·          El virus de la hepatitis B (VHB) se transmite por contacto con la sangre u otros líquidos corporales de una persona infectada, no por contactos ocasionales.
·          Hay aproximadamente 2000 millones de personas infectadas por el virus, y cerca de 350 millones con hepatopatía crónica. Alrededor de 600 000 personas mueren cada año por las consecuencias graves de la hepatitis B.
·          Aproximadamente un 25% de los adultos con infección crónica adquirida en la infancia mueren de cirrosis o cáncer hepático causados por la infección crónica.
·          El VHB es unas 50 a 100 veces más infeccioso que el VIH.
·          El VHB representa un importante riesgo laboral para los profesionales sanitarios.
·          La hepatitis B es prevenible con una vacuna que es segura y eficaz.

El virus de la hepatitis B pertenece a la familia de los hepadnavirus, esta formado de un genoma de DNA. Es un virus esférico de 42 nm, contiene una molécula de DNA circular con 3,200 bases de longitud. El virus tiene dos componentes, uno externo que expresa al antígeno de superficie (HBsAg) y otro interno que contiene al antígenocentral (HBcAg). En la porción central se encuentra el DNA
de doble cadena (HBVDNA) y la replicasa o polimerasa viral (DNAP o DNA polimerasa). El HBV-DNA tiene una cadena larga y otra corta. En la cadena larga se encuentra toda la información genómica del virus, la secuencia de genes que codifican las proteínas virales tienen codones de inicio demensajes y no tienen codones de finalización. Estas consecuencias codifican tanto proteínas estructurales (pre-S, superficie, core) como proteínas de replicación (polimerasa y la proteína X). El antígeno e (Hbe Ag) consiste en una proteína de aproximadamente 15,000 daltones asociada al HBcAg y sintetizada por información nucleotídica (nucleótidos 1814-1901) contenida en la región pre-core (pre-C), que se encuentra al inicio de la región C.

La cápside del HBV está formada de 180 copias de una  proteína principal denominada cHB, las partículas centrales del HBV son un potente inmunógeno ya que inducen la producción de títulos elevados de anticuerpos AccHB durante la infección natural por HBV.

El antígeno eHB (AgeHB) se encuentra en la sangre de los portadores del HBV y guarda relación con la viremia masiva, la función de esta proteína aún es desconocida; es una proteína no estructural no necesaria para la infectividad del HBV.

Transmisión
La hepatitis B se transmite de una persona a otra por contacto con sangre u otros líquidos corporales (p. ej., semen y secreciones vaginales) de una persona infectada. Los modos de transmisión son los mismos que los del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el VHB puede sobrevivir fuera del cuerpo humano durante 7 días como mínimo, periodo en el que todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una persona no infectada.

Los modos de transmisión frecuentes en los países en desarrollo son:
·          perinatal (de la madre al recién nacido durante el parto);
·          infecciones de la primera infancia (infección asintomática por contacto directo con convivientes infectados)
·          por prácticas de inyección no seguras;
·          por transfusiones de sangre, y
·          por contacto sexual.

Hepatitis B aguda: Puede presentarse con un cuadro sintomático similar a cualquier otra forma de hepatitis viral aguda, con manifestaciones vagas; la exploración física hace sospechar la presencia de hepatitis, pero no determinar la etiología precisa.

La fase aguda de la enfermedad pasa inadvertida en el 80% de los pacientes, de hecho la mayoría de los pacientes que llega a la cronicidad desconocen o no recuerdan la fase aguda, sólo se descubre el antecedente con la serología positiva de inmunidad o con las manifestaciones clínicas o serológicas de la hepatitis crónica y la presencia de antecedentes específicos (homosexualidad, drogadicción intravenosa, promiscuidad sexual, contacto con un enfermo, tatuajes).

En el curso de la infección se reconoce un periodo de incubación de 40-140 días, uno clínico (preictérico e ictérico) de 30 a 90 días, y la convalecencia.
·          Fase preictérica insidiosa con sintomatología vaga o inespecífica: dolor abdominal, febrícula, o fiebre, cefalea, ataque al estado general, fatiga, mialgias, artralgias, hiporexia, náuseas o vómitos, durante esta fase es poco frecuente encontrar datos exploratorios relevantes. Habitualmente dura 7 a 10 días

·          Fase ictericia (10 a 20% de todos los casos); en ésta suele disminuir la intensidad de los síntomas generales, pero en algunos pacientes se produce una pérdida de peso moderada (2.5 a 5 kg ) que se mantiene durante la fase ictérica. La fase ictérica tiene una duración variable y no predice la evolución última que tendrá el proceso; cabe esperar una recuperación completa tres o cuatro meses después de la ictericia en las tres cuartas partes de los casos no complicados, en el resto de los casos la recuperación puede retardarse. Una proporción sustancial de pacientes con hepatitis B nunca presentan ictericia (80%). En la exploración física los datos más frecuentes son hepatomegalia, hepatalgia, ictericia, mialgias de extremidades y febrícula.

Hepatitis B crónica: Es asintomática en un 80% de los pacientes quienes sólo pueden manifestar astenia; en estadios avanzados se observa náusea, hiporexia, molestias abdominales, coluria o ictericia, o datos de insuficiencia hepática de grado variable.

La hepatitis crónica es un problema clínico frecuente, debe distinguirse de otros tipos de enfermedad crónica o cirrosis hepática, y tampoco muestra un daño histopatológico característico. La posibilidad de pasar a la cronicidad después de padecer una hepatitis B aguda depende de la edad, el 90 a 95% de los niños (menores de 5 años), y el 5-10% de los adultos desarrollan hepatitis B crónica; la infección neonatal es silente clínicamente pero comporta una probabilidad de 90% de padecer infección crónica, mientras que la infección adquirida en la edad adulta implica un riesgo de paso a la cronicidad de un 1 a 2%.

La hepatitis B adquirida en la infancia suele tener una evolución más rápida por lo que la cirrosis hepática y carcinoma hepatocelular se observan más temprano en la vida.

El síntoma principal en el periodo crónico es la fatiga, también referido como debilidad, cansancio, falta de energía o sencillamente malestar general (90%); con el paso del tiempo y con la declinación de la pruebas de función hepáticas, van apareciendo nuevos síntomas: náusea, vómito, hiporexia, pérdida de peso, molestias abdominales vagas, fiebre, coluria o ictericia y rara vez síntomas relacionados con complicaciones extrahepáticas, entre otros glomerulonefritis membranosa, vasculitis y poliarteritis.

La exploración física puede ser normal, o se pueden detectar hepatomegalia dolorosa o telangiectasias, edema, palmas hepáticas, distribución ginecoide del vello y ginecomastia en hombres, pérdida de peso y deterioro progresivo que sugieren cirrosis hepática.

La evolución clínica de la cirrosis hepática secundaria a hepatitis B depende en parte del estadio replicativo del virus (más rápida ante replicación viral antígeno y DNA viral positivo), el agravamiento súbito de una hepatitis B crónica estable sugiere reactivación de la enfermedad (paso de antígeno e negativo a antígeno e positivo) o sobreinfección con antígeno delta (hepatitis D). La descompensación de una cirrosis hepática por virus B sugiere el desarrollo de hepatocarcinoma.

Diagnóstico:
El diagnóstico de infección aguda se hace fundamentalmente por la demostración en el plasma de la presencia del antígeno de superficie del virus B (HBsAg) y de anticuerpos anticore de la clase IgM (anti-HBc). El HBsAg se hace positivo a las 2-8 semanas de iniciada la infección, persistiendo en el plasma por un período aproximado de 4 meses. Los anticuerpos anti-HBc de clase IgM se detectan también sólo por algunos meses, apareciendo a continuación, los anticuerpos de clase IgG. El antígeno e y el DNA viral sérico se detectan sólo por un corto período de tiempo y constituyen indicadores de contagiosidad, pues reflejan la replicación viral.

Pruebas Diagnósticas para Hepatitis B
Antígeno
Descripción
Comentario
HBsAg
Antígeno de superficie
Detecta personas infectadas aguda o crónicamente
HBeAg
Antígeno de replicación
Detecta personas infectadas con alto riesgo de trasmitir el virus
Anticuerpo
Descripción
Comentario
Anti-HBs
Anticuerpo anti-HBsAg
Detecta personas que han tenido infecciones por HBV o aquellas con inmunidad adquirida con vacuna
Anti-HBe
Anticuerpo anti-HBeAg
Detecta portadores (HBsAg) con bajo riesgo de contagiosidad
Anti-HBc
Anticuerpo anti-core
Detecta personas con infección aguda o pasada

  
Tratamiento
El interferón ha dado buenos resultados; debe aplicarse a aquellos pacientes que presentan hepatitis crónica con Ags-HB, DNA HVB o AgeHB positivos, y elevación de transaminasas. La dosis recomendada es de 5 mU diarias por vía subcutánea o 10 mU tres veces por semana durante cuatro meses; la desaparición del AgsHB ocurre un 6% más que en los controles y la pérdida de los marcadores de replicación viral en aproximadamente 20% más. Se recomienda vigilancia de efectos colaterales una vez por semana en el primer mes de tratamiento y, posteriormente, cada cuatro semanas, mediante biometría hemática completa y pruebas de funcionamiento hepático; la biopsia posterior al tratamiento no es indispensable, el mejor método de vigilancia es la determinación de DNA viral. Dentro de los efectos colaterales del interferón se encuentran fatiga, mialgias, cefalea, pérdida de peso, dificultad para la concentración, ansiedad, depresión, irritabilidad, disminución de la cuenta de plaquetas y leucocitos entre otros

Prevención:
La profilaxis pasiva se hace con inmunoglobulina sérica específica o hiperinmune, en dosis de 0.02 ml por Kg de peso; en recién nacidos se usa 0.5 ml. Se indica en personas con exposición parenteral accidental y en recién nacidos de madres HBsAg (+), en las primeras horas post infección o post parto. Cuando se utiliza la inmunoglobulina específica junto con la vacuna (inmunoprofilaxis pasiva-activa), se obtiene una inmunidad inmediata y permanente. Este esquema de prevención se utiliza habitualmente en los recién nacidos de madres HBsAg (+).

Inmunoprofilaxis en Hepatitis B
Tipo de Exposición
Inmunoprofilaxis
Perinatal
HBIG + vacuna
Sexual/infección aguda
HBIG + vacuna
Sexual/infección crónica
vacuna
Contacto doméstico/ infección crónica
vacuna
Contacto doméstico/infección aguda con exposición a sangre
HBIG + vacuna
Lactante/infección aguda en la persona que esta a cargo del niño
HBIG + vacuna
Exposición percutánea accidental
HBIG + vacuna

Las vacunas disponibles para la inmunización activa (Recombivax HB y Engerix B) se usan en tres dosis, repitiéndose la dosis inicial al mes y a los 6 meses (0.5 ml en el recién nacido y 1 ml en el niño mayor). La vacunación en Pediatría se indica principalmente en individuos expuestos en forma continuada al virus, como son los homosexuales masculinos y drogadictos; también, como se ha señalado, los recién nacidos de madres HBsAg (+). En ellos, se recomienda la administración simultánea de la vacuna con la inmunoglobulina específica. Se ha sugerido vacunación universal a todos los recién nacidos y adolescentes en países con alta incidencia.

Indicaciones de Vacunación en Hepatitis B en Pediatría
1) Todos los recién nacidos hijos de madres HBsAg+.
2) Lactantes y niños institucionalizados.
3) Adolescentes homosexuales sexualmente activos o heterosexuales con multiples parejas.
4) Usuarios de drogas endovenosas.
5) Niños en hemodiálisis.
6) Niños con problemas de la coagulación que reciben derivados sanguíneos.
7) Niños y adolescentes en contacto doméstico con portadores crónicos de la infección.
8) Niños y adolescentes que viajan a areas de alta endemicidad.

Hepatitis C
El virus C (HCV) es el responsable de la mayoría de las hepatitis post transfusionales; (otras modalidades de transmisión, incluyendo la vertical, son menos probable, pero se encuentran en intensa evaluación). Los grupos de mayor riesgo son los pacientes hemofílicos, drogadictos endovenosos y hemodializados. La hepatitis C ha disminuído con la determinación rutinaria del anticuerpo anti-HCV en los bancos de sangre. La transmisión madre-hijo es baja(el recién nacido puede contagiarse en casos de que su madre tenga una hepatitis C aguda en el tercer trimestre de embarazo). Se han descrito varios genotipos del VHC y la utilidad de la clasificación de los genotipos radicaría en la variación del grado de infectividad, patogenicidad y grado de respuesta al interferón.

Cuadro clínico: La mayor importancia de la hepatitis C, radica en que en un alto porcentaje de estos pacientes se produce una infección crónica; (esto ocurre en cerca del 50-60% de las hepatitis post transfusionales por virus C). Aproximadamente en la mitad de los pacientes que presentan una infección crónica por virus C, se desarrolla lentamente una cirrosis, la que puede asociarse en algunas ocasiones a la aparición de un hepatocarcinoma. Otra característica descrita con frecuencia en la evolución de estos pacientes, es la gran fluctuación en el nivel sérico de transaminasas, las que puede variar hasta en 10 veces con respecto al valor anterior, en períodos de pocos días. Sin embargo, la enfermedad es mas frecuentemente reconocida en adultos; los casos informados son infrecuentes en niños menores de 15 años.

Diagnóstico: Se hace mediante la detección de anticuerpos anti-HCV por técnicas de inmunoensayo enzimático (ELISA y RIBA). Los casos positivos se confirman con el uso del método de reacción de polimerasa en cadena, en suero.

Tratamiento: Dada la alta cronicidad de la infección por virus C, algunos autores han propuesto tratar la hepatitis C durante la etapa aguda con interferón, para tratar de disminuír la tasa de cronicidad, pero aún no hay consenso al respecto.
Prevención: No hay estudios controlados sobre la utilidad de la inmunización pasiva, ni tampoco existe una vacuna disponible.

Hepatitis por Virus Delta

Este virus requiere del virus B para su replicación. La viremia aparece aproximadamente al mes de producida la infección. Por lo tanto se trasmite a traves de fluidos corporales, principalmente sangre

Cuadro clínico: Al sobreinfectarse una persona con infección aguda o crónica con HBV, tiende a agravarse el cuadro clínico de base, pudiendo desencadenarse una hepatitis fulminante, o progresar a una hepatitis crónica.
Diagnóstico: Se puede demostrar la presencia del antígeno (Antígeno HDV), de anticuerpos específicos de clase IgM y del RNA viral en suero (HDV-RNA), este último mediante el método de Reacción de polimerasa en cadena.
Tratamiento: No hay tratamiento específico para la hepatitis por virus Delta.
Prevención: No existe una inmunización pasiva efectiva demostrada para este virus ni tampoco una vacuna.

Hepatitis E

El virus E es el principal agente etiológico de las hepatitis no-A de transmisión entérica. Puede producir hepatitis esporádica, o brotes epidémicos. El contagio es por vía oro-fecal. El período de incubación varía entre 14 y 60 días. La seroprevalencia obtenida en Chile, recientemente en diversos estudios, varía entre 2,5 y 17,5%.
Cuadro clínico: Es similar al cuadro clínico de la hepatitis A. No se han descrito casos crónicos. La mortalidad es de aproximadamente 3% en pacientes ictéricos. Esta cifra se eleva a un 20% en mujeres embarazadas.
Diagnóstico: Se efectúa mediante la detección de anticuerpos anti HEV (ELISA), y la detección del RNA viral (HEV-RNA) en suero y deposiciones por Reacción de polimerasa en cadena.
Tratamiento: No hay tratamiento específico para la hepatitis E.
Prevención: No existe inmunización pasiva útil ni vacuna para la hepatitis E.

Hepatitis G

Es producida por el virus G y ha sido recientemente descrita. Puede coexistir con la hepatitis B o C. Se transmitiría fundamentalmente por vía parenteral. El cuadro clínico se caracterizaría por ser poco sintomático, aunque la infección tendría tendencia a la cronicidad. Aún no se conoce su tratamiento ni las posibilidades de prevención.

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